miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Es malo quejarse en el trabajo?



Para todos aquellos a quienes nos gusta reclamar nuestros derechos, deben saber que es válido y sano levantar la mano y expresar nuestro descontento, sin embargo; debemos tener claro que una cosa es  "quejarse improductivamente", y la otra es "reclamar productivamente".
*Quejarse improductivamente. Es ser como ese mosquito que ni te pica pero como friega toda la noche con su zumbido, o como uno que no se levanta de la cama a matarlo, pero al día siguiente te la pasas quejando de que no te dejo descansar.
 
El quejoso improductivo profesional, busca oídos para desahogarse. Expresa descontento y enojo. Trata de asignar culpas. Produce actitudes defensivas. En cada queja busca simpatía y apoyo, pues esto le permite permanecer en el papel de víctima. Son repetitivos, es decir; el quejoso cuenta la misma historia una y otra vez.... En conclusión, no hace nada, pero como chi....a. ¡¡Que flojera toparse con un espécimen de estos!! ¿no?

*Reclamar productivamente. Es aventar la piedra sin esconder la mano, es de los que se lleva y se aguanta. Si no le gusta lo que tiene, le busca el modo, y si de plano no le convence la resolución, recoge todos sus peluches y fotos del escritorio y se va.

El reclamador profesional, tiene por objetivo restablecer la paz. Si ha de hacer reclamos, se los hace a quien se la hizo (en este caso al mosquito). Busca “soluciones” en vez de culpables. Esta consciente de que al buscar soluciones, deberá comprometerse a  establecer acciones, darles seguimiento y evaluar el resultado.

¿Quejas? Dirigirse con quien lo quiera escuchar (una y otra vez).
¿Reclamos? Aquí  mismo en la sección de comentarios los puede realizar.
¿Quiere compartir este post con alguien que conoce y se parece al mosquito que le platiqué? Hágalo y con dedicatoria.
Juntos por un #cambioconciencialaboral

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