martes, 20 de octubre de 2015

¿Cuándo será el día que una empresa de servicios me sorprenda?



Vivimos en un mundo donde te venden los servicios como los mejores de su clase, con la mejor atención, con los mejores beneficios, con la mejor duración, la mejor recepción y cobertura, con los mejores precios, la mejor señal, los mejores resultados, etc., y la verdad lo que recibes en la mayoría de los casos son puras decepciones.
Al final las empresas son dirigidas por personas, y si los servicios que nos ofrecen fallan, ¿dónde radica como tal la falla? Yo digo que en las personas.
Al decir personas, me refiero a todas las involucradas en cualquier nivel jerárquico, desde el dueño, hasta el colaborar con menor nivel. Cada quien lleva su parte de responsabilidad por no entregar un servicio en tiempo y forma.
Los líderes o jefes-líderes en puestos de mando, fallan por no detectar las necesidades que se requieren para dar un servicio como lo dicta su misión empresarial, y ¿qué pasa cuando si detectan áreas de oportunidad, y solo se cruzan de brazos?
El resto de los niveles jerárquicos fallan también, cuando se dan cuenta de su falta de capacitación o habilidades, y prefieren callar en vez de sugerir o negociar que sean apoyados.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando estos colaboradoes si son escuchados, se les dan las herramientas para mejorar, y aún así siguen instalados en su mundo de "me vale"?
Resultado: cliente molesto, frustrado, decepcionado, y esperando a cambiar de proveedor de servicio en la primera oportunidad.

lunes, 8 de junio de 2015

El líder cortoplacista

 
 
¿Le ha ocurrido que en una situación de crisis empresarial, la alta dirección empieza a contratar nuevos líderes a diestra y siniestra? Hay algunos que llegan como con un perfil bajo, haciéndose amigo de todos, lo cual les hace inteligentemente ir conociendo y entendiendo el modus operandi de su nuevo lugar de trabajo, sin fricciones y sin generar barreras de comunicación y colaboración.
 
Hay otros casos en donde ocurre todo lo contrario, el líder aún no conoce el nombre de sus colaboradores, cuando lo primero que hace es llegar con la espada desenvainada cual arcángel celestial, solicitando estados financieros, descripciones de puesto, convocando a interminables reuniones en donde les hace saber a todos los subordinados que están por enfrentar cambios, que les va a doler pero es parte del proceso.
 
En cada reunión se escucharan frases que todo gran líder siempre pronuncia como por ejemplo, “los invito a subirse al tren del cambio” “hoy iniciamos una nueva historia y yo quiero que ustedes formen parte de ella” “todos juntos con su entrega y trabajo, haremos de esta empresa el mejor lugar para trabajar”, en fin; ¿quién no ha escuchado o dicho esto con anterioridad?
 
No ha pasado ni un mes desde aquel glorioso día en que entro en funciones, cuando convoca a otra reunión donde inicia con un discurso donde menciona que hace un mes les advirtió que habría cambios, que les invitó a ser parte del mismo, que les ofreció su apoyo y amistad, pero que lamentablemente hubo algunos colaboradores que han decidido emprender un camino nuevo; por lo tanto, se ve en la dolorosa necesidad de dejar ir a varios de ellos. Es obvio que entre líneas esto debe leerse e interpretarse como: los estoy despidiendo porque mostraron resistencia a mis ideas, pero por respeto a su dignidad, diremos que son ustedes “los empleados” quienes han decidido separarse de la organización.
 
Las interrogantes ante tal evento son, ¿cuántos elementos que son un verdadero capital intelectual para la organización, se pierden en el camino, debido a que preferimos conservar líderes cortoplacistas, en vez de empleados comprometidos? ¿En realidad se resisten al cambio estos elementos, o son un ejemplo de divergencia?
 
La resistencia nos habla de no querer aceptar nuevas ideas, no querer salir de la zona de confort, no querer realizar alguna actividad nueva o de una nueva manera, por miedo a que se descubra la falta de capacidad o talento, o simplemente, porque nadie les ha mostrado los beneficios de abrazar el cambio como una oportunidad de crecimiento personal y laboral.  En pocas palabras, este elemento no propone, solo se opone.
 
La divergencia por el contrario, no se opone, se impone al  defender puntos de vista que se basan en la experiencia misma que da un conocimiento profundo de la dinámica de las tareas que se ejecutan a diario en la empresa. El divergente defenderá los procesos, metodologías o negociaciones que sabe son lógicas y que fluyen de forma orgánica para llegar al logro de los objetivos. Defenderá el hecho de que si anteriormente sus ideas no fueron implementadas, no fue por una falta de visión, fue por falta de apoyo. Es posible que ante esta situación, el líder nuevo haga lo mismo que el anterior, subestimar el talento del colaborador, un colaborador que es todo, menos un líder cortoplacista.
 
Hasta aquí, tal vez ya ha podido captar el mensaje sobre a que me refiero con ser un líder cortoplacista, pero vale la pena puntualizarlo a detalle. El cortoplacismo, si bien es un hábito que parecería ser bueno, ya que es una característica de aquellos que gustan de actuar a corto plazo; puede ser el camino menos efectivo al momento de liderar grupos que no se conocen ni someramente.
 
Es muy fácil pensar que el líder en cuestión es intrépido y quiere dar resultados a corto plazo, de ahí esa naturaleza audaz de hacer cambios en menos de 30 días. Una personalidad cortoplacista, podría engañar hasta al más experto, porque en momentos donde se requiere dar resultados rápidos, los líderes que optan por tomar un tiempo, no mucho, pero si se lo toman; para conocer la dinámica del negocio y la gente que lo conforma, pueden llegar a ser etiquetados de flojos, perezosos o procrastinadores; mientras que aquellos que llegan haciendo una revolución majestuosa, son considerados el empleado del año.
 
La realidad es, para evitar confundir a los colaboradores entre un perezoso y un cortoplacista; entre uno que se resiste y otro que defiende buenas ideas de negocio; entre un líder que vende sueños y otro que muestra resultados; no hay mejor camino que establecer desde el día uno de la contratación y si se puede, desde la etapa de entrevista; cuales son los resultados que se esperan, en qué tiempo se necesitan y bajo que circunstancias. Se puede incluso, diseñar entre la dirección y el líder, el plan de trabajo que en común acuerdo se llevará a cabo para alcanzar las metas esperadas.
 
Acciones como revisiones periódicas para divisar desviaciones, aplicación de medidas preventivas y no correctivas, así como; justificación objetiva del reemplazo de la plantilla; permiten que tanto el nuevo elemento como la dirección, se sientan cómodos con las acciones que se toman y el rumbo que lleva la empresa.
 
Debemos tener claro que una cosa es dar libertad de actuación a los líderes, mientras que otra muy diferente, es permitir que agarren a la empresa y a sus empleados como sala de experimentos en momentos de crisis.
 
¿Qué opina? ¿Se queda con el líder cortoplacista o le va buscando un remplazo digno?

Maximizadores vs. Satisfactores


 
El psicólogo Barry Schwartz, quien ha escrito el libro The Paradox of Choice, el cual aborda el tema sobre las consecuencias que se tienen el vivir en una cultura occidental, donde se asume que “entre más opciones tengamos, es mejor. Cuando en realidad, más opciones para elegir, es una maldición para nuestro bienestar”
Con base a lo anterior, Schwartz divide al mundo en dos categorías de personas, aquellas que al enfrentarse ante muchas opciones buscan maximizar, u obtener lo más posible de la opción a elegir; mientras que la otra categoría se refiere a las personas que de igual forma ante muchas opciones, buscan satisfacer, o lo que es lo mismo, aceptar la primera opción que consideren cubre las necesidades. 
Es así como los maximizadores están enfocados en elegir la mejor opción, lo que ellos llamarían como la opción perfecta; y esto se puede decir que es una característica de las personas perfeccionistas. Por otro lado, los satisfactores simplemente eligen lo primero que cubra sus criterios, y siguen adelante; no toman demasiado tiempo para llegar a una resolución, ni tampoco invertirán tiempo para pensar si en verdad han elegido la mejor opción.
Los estudios realizados para determinar como es el nivel de bienestar, o lo que llamamos coloquialmente, nivel de felicidad entre maximizadores y satisfactores; arrojan que los primeros tienden a ser menos felices, presentando niveles de descontento; mientras que los satisfactores, presentan un mejor nivel de bienestar y contento en su vida diaria.
Este tipo de análisis bajado a la industria de Call & Contact Center, me hizo reflexionar como nosotros mismos al estar en la búsqueda de personal, solicitamos claramente que al candidato que debe ser un profesional con alta orientación al logro,  con alta capacidad de llegar a resultados, y con alto nivel de competitividad.
Esta redacción de habilidades a mi entender,  está diciendo entre líneas algo como: perfeccionistas-maximizadores, sean BIENVENIDOS; cualquier otro, favor de abstenerse a solicitar una entrevista de trabajo. Es obvio que buscamos que la gente a contratar o la que ya está laborando con nosotros, asuma el compromiso de realizar sus labores de manera óptima, esto es algo que busca cualquier empresa. Por lo tanto, el mensaje debería ser mucho más sencillo: colaborador que ejecute sus tareas bien y de buenas, obtendrá de la empresa el sueldo acordado, o más si es posible; colaborador que no, empresa tomará medidas con base a sus políticas.
Después de leer lo aportado por Barry Schwartz, pienso en el personal que algunas veces tuve a cargo, y ahora entiendo porque había personas que siempre se frustraban rápida y fácilmente, aun cuando se habían tomado un tiempo considerable para analizar todas y cada una de las opciones disponibles para ejecutar ciertos proyectos asignados. Me acuerdo como después de haber ponderado todos los escenarios posibles que podrían surgir de sus decisiones, los resultados de la opción elegida no les proporcionaba una satisfacción plena; siempre pensaban que pudieron  haberlo hecho mejor; cuando en realidad, no solo cumplían las metas, en ocasiones hasta se excedían, sin embargo; permanecía en ellos esa sensación de insatisfacción combinada con afán de buscar la perfección.
En el caso de los satisfactores, estaban confiados en sus decisiones y en como habían  ejecutado su trabajo; para ellos, todo lo que hacían estaba bien, no miraban atrás para lamentarse sobre el resultado obtenido.
Lo rescatable de esta enseñanza creo yo, es aprender que estos dos perfiles son necesarios en una empresa, el tenerlos trabajando en una misma área es un ejercicio interesante, porque los perfeccionistas inyectarán en el ambiente un sentido de competitividad y logro, mientras que los satisfactores aportarán agilidad en la toma de decisiones, ayudando al mismo tiempo, a que los perfeccionistas se sientan satisfechos y cómodos con sus decisiones.
 La combinación exacta de perfeccionistas y satisfactores, depende de lo que cada empresa busque para sus áreas; pero de que se necesitan ambos perfiles, es un hecho.   

sábado, 2 de mayo de 2015

¿Estás harto de tu situación laboral?


¿Estás listo para un cambio?

Lo que debes preguntarte para saber si en verdad quieres moverte hacia un nuevo horizonte es:
1. ¿En qué nivel de cambio estoy?
2. ¿Estoy en el nivel donde me siento listo para cambiar y afrontar lo que venga?
3. ¿Estoy en  los niveles donde me enojo, lloro, culpo a todos, me hago el/la enferma, falto al trabajo?  PERO prefiero seguir así antes de  encarar mis miedos, paradigmas y cuestionar cada una de las excusas que pongo para justificar mi inmovilidad.

Si no te mueves, no podrás ver otros paisajes. Si te mueves, los que están igual que tu pero que siguen con sus miedos y frustraciones, te tacharán de loco, desubicado, soñador e irresponsable, sin embargo; tú estás marcando la diferencia, una diferencia que se reflejará en tu bienestar a largo plazo.
 

jueves, 30 de abril de 2015

#Díadelniño & niña adultos

 
 
Hoy día del niño y de la niña conscientemente laborales....
 
En la vida laboral, nos vamos encontrando a nuestro paso muchos niños y niñas felices, o muchos niños y niñas lastimados, todos ellos vestidos en traje de persona adulta; y según la experiencia de vida, o los marcos de referencia que tengan; es el trato y comportamiento que reflejarán en sus lugares de trabajo.
 
Hoy entiendo porque hay niños disfrazados de traje, y niñas disfrazadas de damas; que van por la vida generando situaciones de oportunidad y crecimiento laboral para los demás; pero también hay otros que van generando situaciones desagradables para que personas que tienen un niño o niña interior sanos, se sientan desmotivados, frustrados o incompetentes.
 
Recuerda que todos hemos nacido con capacidades que nos hacen únicos y grandiosos, y el objetivo será que busques el lugar de trabajo adecuado para ti, aquel que te permita crecer y mostrar el gran potencial que tienes, aquel potencial que desde niño y niña se te veía, y que en el camino puede que hayas olvidado, o que te han hecho creer que no tienes.
 
HOY es un buen día para volver a creer en ti, porque ese pequeño y pequeña que habita ahí dentro, aún tiene su fe puesta en ti.
 
#FELIZDÍADELNIÑO & NIÑA!
Juntos por un #cambioconciencialaboral
#safecreative

miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Eres de los que solo "usa" a las personas para tú propio beneficio?

Es en estos días cuando nos sentimos vulnerables, cansados y angustiados por no poder cambiar nuestra situación laboral, que quisiéramos en verdad que se aparecieran aquellas personas que dicen estimarnos y ser nuestros amigos; para que nos ayuden a conseguir otro empleo, o por lo menos para que escuchen nuestras frustraciones.
 
Pensamos, ¿Por qué mi amigo no me contrata en su empresa, por qué no me refiere con sus conocidos?, ¿Por qué no me ayuda si a él/ella le va bien? La verdad es, que el hecho de que nos ayuden o no, tiene que ver con la forma en como los amigos, conocidos, nosotros mismos y el mundo en general, "utiliza" a las personas.
 
La palabra "utilizar" podría sonar fuerte, pero en realidad no debe tomarse con una connotación negativa. La palabra en este caso, es utilizada para investigar el ¿para qué me acerco a las personas? ¿cuál es mi objetivo al buscarlas? ¿para qué las utilizo?
Las utilizo para PEDIR-les algo, o las utilizo  para DAR-les algo.
**** ¿Qué pides a los demás? atención, dinero, amor, compañía, reconocimiento, etc.
**** ¿Qué das a los demás? ¿Qué compartes con los demás cuando sientes que la vida es próspera y justa contigo?
 
Cuando la vida te trata bien, sientes que te lo mereces y no volteas a ver a los que sufren y podrían necesitar de ti.
Cuando la vida te trata mal, sientes que no te lo mereces y que nadie voltea para ayudarte.
Finalmente la vida es una rueda de la fortuna, así que si hoy estás arriba disfrutando de la hermosa vista, empieza a DAR, empieza por ayudar a la gente que podría estar abajo necesitando de ti. De esta manera, el día que a ti te toque estar abajo, alguien vendrá a DAR-te la ayuda que requieres para subir.
 
Tenemos que aprender a utilizar a las personas para un único fin: el de COMPARTIR-les, y no utilizarlas para PEDIR-les, pues esto último se dará en el momento que entiendas el concepto de reciprocidad.

¿Resignación o inteligencia laboral?

 
Siguiendo con los consejos para hacerle frente a un trabajo que por el momento no podemos dejar, pero cuyo ambiente laboral ya nos incomoda; es importante tener claro lo siguiente:
 
"No se trata de resignarnos y dejar que todo nos afecte. Se trata de aceptar todo aquello que no está en nuestras manos cambiar, y trabajar en lo que si está de nuestro lado mejorar".
 
Así que cada vez que te sientas cansado, harto o malhumorado por ciertas situaciones laborales; considera si han sido ocasionadas por aspectos 100% imputables a ti, o si son ajenos a tu persona. No te resignes ni te enojes, solo acepta y enfócate en los objetivos que deseas alcanzar y que son los que te mantienen en tu trabajo actual.

No es el trabajo, sino el objetivo lo que lo vuelve especial

 
Una manera de hacer frente a otra semana, cuando nuestro trabajo actual nos parece insoportable, ya sea porque la gente alrededor es floja, tóxica o con poca actitud de servicio y trabajo en equipo; es pensar en el objetivo final de nuestra labor, así que te explico a que me refiero con esto.
 
Debemos enfocarnos en los beneficios que nos brinda el trabajo que tenemos, tal vez es nuestro medio para tener un seguro de gastos mayores, es posible que sea nuestra fuente de ingresos para pagar la escuela de los hijos, puede ser que este trabajo es nuestro trampolín a otro puesto o empresa.
En fin, si hoy tienes muchas razones de peso para permanecer en el trabajo actual, pero el ambiente o la gente es todo un reto sobrellevar; no te enfoques en ellos, enfócate en tu objetivo final, esto te mantendrá motivado y desenganchado de la negatividad que este a tu alrededor.

¿Es malo quejarse en el trabajo?



Para todos aquellos a quienes nos gusta reclamar nuestros derechos, deben saber que es válido y sano levantar la mano y expresar nuestro descontento, sin embargo; debemos tener claro que una cosa es  "quejarse improductivamente", y la otra es "reclamar productivamente".
*Quejarse improductivamente. Es ser como ese mosquito que ni te pica pero como friega toda la noche con su zumbido, o como uno que no se levanta de la cama a matarlo, pero al día siguiente te la pasas quejando de que no te dejo descansar.
 
El quejoso improductivo profesional, busca oídos para desahogarse. Expresa descontento y enojo. Trata de asignar culpas. Produce actitudes defensivas. En cada queja busca simpatía y apoyo, pues esto le permite permanecer en el papel de víctima. Son repetitivos, es decir; el quejoso cuenta la misma historia una y otra vez.... En conclusión, no hace nada, pero como chi....a. ¡¡Que flojera toparse con un espécimen de estos!! ¿no?

*Reclamar productivamente. Es aventar la piedra sin esconder la mano, es de los que se lleva y se aguanta. Si no le gusta lo que tiene, le busca el modo, y si de plano no le convence la resolución, recoge todos sus peluches y fotos del escritorio y se va.

El reclamador profesional, tiene por objetivo restablecer la paz. Si ha de hacer reclamos, se los hace a quien se la hizo (en este caso al mosquito). Busca “soluciones” en vez de culpables. Esta consciente de que al buscar soluciones, deberá comprometerse a  establecer acciones, darles seguimiento y evaluar el resultado.

¿Quejas? Dirigirse con quien lo quiera escuchar (una y otra vez).
¿Reclamos? Aquí  mismo en la sección de comentarios los puede realizar.
¿Quiere compartir este post con alguien que conoce y se parece al mosquito que le platiqué? Hágalo y con dedicatoria.
Juntos por un #cambioconciencialaboral

miércoles, 18 de febrero de 2015

El líder cortoplacista ¿Venerarlo o despedirlo?



¿Le ha ocurrido que en una situación de crisis empresarial, la alta dirección empieza a contratar nuevos líderes a diestra y siniestra? Hay algunos que llegan como con un perfil bajo, haciéndose amigo de todos, lo cual les hace inteligentemente ir conociendo y entendiendo el modus operandi de su nuevo lugar de trabajo, sin fricciones y sin generar barreras de comunicación y colaboración.

 

Hay otros casos en donde ocurre todo lo contrario, el líder aún no conoce el nombre de sus colaboradores, cuando lo primero que hace es llegar con la espada desenvainada cual arcángel celestial, solicitando estados financieros, descripciones de puesto, convocando a interminables reuniones en donde les hace saber a todos los subordinados que están por enfrentar cambios, que les va a doler pero es parte del proceso.

 

En cada reunión se escucharan frases que todo gran líder siempre pronuncia como por ejemplo, “los invito a subirse al tren del cambio” “hoy iniciamos una nueva historia y yo quiero que ustedes formen parte de ella” “todos juntos con su entrega y trabajo, haremos de esta empresa el mejor lugar para trabajar”, en fin; ¿quién no ha escuchado o dicho esto con anterioridad?

 

No ha pasado ni un mes desde aquel glorioso día en que entro en funciones, cuando convoca a otra reunión donde inicia con un discurso donde menciona que hace un mes les advirtió que habría cambios, que les invitó a ser parte del mismo, que les ofreció su apoyo y amistad, pero que lamentablemente hubo algunos colaboradores que han decidido emprender un camino nuevo; por lo tanto, se ve en la dolorosa necesidad de dejar ir a varios de ellos. Es obvio que entre líneas esto debe leerse e interpretarse como: los estoy despidiendo porque mostraron resistencia a mis ideas, pero por respeto a su dignidad, diremos que son ustedes “los empleados” quienes han decidido separarse de la organización.

 

Las interrogantes ante tal evento son, ¿cuántos elementos que son un verdadero capital intelectual para la organización, se pierden en el camino, debido a que preferimos conservar líderes cortoplacistas, en vez de empleados comprometidos? ¿En realidad se resisten al cambio estos elementos, o son un ejemplo de divergencia?

 

La resistencia nos habla de no querer aceptar nuevas ideas, no querer salir de la zona de confort, no querer realizar alguna actividad nueva o de una nueva manera, por miedo a que se descubra la falta de capacidad o talento, o simplemente, porque nadie les ha mostrado los beneficios de abrazar el cambio como una oportunidad de crecimiento personal y laboral.  En pocas palabras, este elemento no propone, solo se opone.

 

La divergencia por el contrario, no se opone, se impone al  defender puntos de vista que se basan en la experiencia misma que da un conocimiento profundo de la dinámica de las tareas que se ejecutan a diario en la empresa. El divergente defenderá los procesos, metodologías o negociaciones que sabe son lógicas y que fluyen de forma orgánica para llegar al logro de los objetivos. Defenderá el hecho de que si anteriormente sus ideas no fueron implementadas, no fue por una falta de visión, fue por falta de apoyo. Es posible que ante esta situación, el líder nuevo haga lo mismo que el anterior, subestimar el talento del colaborador, un colaborador que es todo, menos un líder cortoplacista.

 

Hasta aquí, tal vez ya ha podido captar el mensaje sobre a que me refiero con ser un líder cortoplacista, pero vale la pena puntualizarlo a detalle. El cortoplacismo, si bien es un hábito que parecería ser bueno, ya que es una característica de aquellos que gustan de actuar a corto plazo; puede ser el camino menos efectivo al momento de liderar grupos que no se conocen ni someramente.

 

Es muy fácil pensar que el líder en cuestión es intrépido y quiere dar resultados a corto plazo, de ahí esa naturaleza audaz de hacer cambios en menos de 30 días. Una personalidad cortoplacista, podría engañar hasta al más experto, porque en momentos donde se requiere dar resultados rápidos, los líderes que optan por tomar un tiempo, no mucho, pero si se lo toman; para conocer la dinámica del negocio y la gente que lo conforma, pueden llegar a ser etiquetados de flojos, perezosos o procrastinadores; mientras que aquellos que llegan haciendo una revolución majestuosa, son considerados el empleado del año.

 

La realidad es, para evitar confundir a los colaboradores entre un perezoso y un cortoplacista; entre uno que se resiste y otro que defiende buenas ideas de negocio; entre un líder que vende sueños y otro que muestra resultados; no hay mejor camino que establecer desde el día uno de la contratación y si se puede, desde la etapa de entrevista; cuales son los resultados que se esperan, en qué tiempo se necesitan y bajo que circunstancias. Se puede incluso, diseñar entre la dirección y el líder, el plan de trabajo que en común acuerdo se llevará a cabo para alcanzar las metas esperadas.

 

Acciones como revisiones periódicas para divisar desviaciones, aplicación de medidas preventivas y no correctivas, así como; justificación objetiva del reemplazo de la plantilla; permiten que tanto el nuevo elemento como la dirección, se sientan cómodos con las acciones que se toman y el rumbo que lleva la empresa.

 

Debemos tener claro que una cosa es dar libertad de actuación a los líderes, mientras que otra muy diferente, es permitir que agarren a la empresa y a sus empleados como sala de experimentos en momentos de crisis.

 

¿Qué opina? ¿Se queda con el líder cortoplacista o le va buscando un remplazo digno?

domingo, 15 de febrero de 2015

¿Por qué hay tanta gente enojada con la vida?


 


Mi investigación no está basada en estudios científicos ni he tomado hordas para realizar un muestreo, simplemente no creo que haga falta para ver lo evidente. Lo único que he realizado es, llevar la capacidad de observación a un punto de interés verdadero. La gente sale de sus moradas a diario y en su andar, mira y vuelve a mirar todo y a todos, pero no observa.

La observación involucra el hábito de analizar sin juzgar, imaginar sin etiquetar, empatizar al cruzar una mirada furtiva pero reveladora. ¿Qué esconde esa risa fingida? ¿Dónde quisiera estar ahora esa persona? ¿Qué está soñando despierto? Esas son las preguntas que me hago a diario cada que me cruzo en tu camino.

Cuando los caminos se cruzan y el infortunio de una experiencia que a nuestro parecer es eso, una desgracia o incómoda situación; pienso, siento, externo mi emoción y tengo una respuesta física ante la circunstancia; después, termino analizando la situación y trato de encontrarle razones a la experiencia vivida. No es una cuestión del poder de la atracción, no hay secreto en lo visible y latente; no es que me haya levantado con el pie izquierdo; la respuesta es más sencilla, “la gente está enojada con la vida, específicamente, con su vida” y yo solo fui el vehículo donde ha vertido su desconsuelo y frustración. Lo acepto, pero no para soportar malos tratos; lo acepto para aprender y crecer, para verme reflejada en el charco de la desilusión, un charco que no quiero se convierta en mi espejo e historia.

¿Tengo la culpa de tu falta de valor al no buscar lo que en realidad quieres? ¿Tengo la culpa de que tú no seas capaz de enfrentar tus miedos? ¿Soy el responsable de tu falta de creatividad para buscar formas de conseguir una vida con significado? ¿Acaso yo te dije que te echaras compromisos de vida, para que después sean las excusas por las cuales no buscas otra mejor? NO, mil veces la respuesta es NO. Yo no tengo la culpa de tu desazón, depresión y tristeza. Así que no te desquites conmigo, no me des un mal servicio, no seas grosero al atenderme, no seas flojo al realizar tus labores.

Búscate una vida y vívela, que yo estoy muy contenta buscando la vida que quiero vivir. No te amargues ni quieras jalarme a tu mundo de amargura, porque yo libro mis batallas sin declararte la guerra. Te quieres enojar con alguien, ¿qué tal contigo mismo? Por lo menos así tendrás ocupada tu mente y no tendrás tiempo ni ganas de buscar a otro ser vivo para pelearte o transferirle tus culpas.


Atte. Tu conciencia laboral